Se llamaba Susana Elba Traverso, nació el 18/03/1950 en la capital federal, tenía 27 años. La primaria la hizo en las escuelas Nº 3 y Nº 9 de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, donde vivía con su familia. Y la secundaria en el Colegio Nacional de General Sarmiento, en la ciudad de San Miguel, también provincia de Buenos Aires. Concurrió a la Facultad de Agronomía y Veterinaria, recibiéndose de Ingeniera Agrónoma en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). En esa misma ciudad fue Subdirectora Técnica en Recursos Agrarios de la Provincia. Se caso con Néstor Alejandro Bossi, con quien militaba en la organización Montoneros, y tuvieron una hija. El 3 de junio de 1977 fue secuestrada bajo un operativo ilegal en su domicilio particular de Bahía Blanca -calle Humboldt 1980- junto con su pequeña hija de 16 meses de vida y de nombre María Susana, que fue abandonada por los secuestradores en el Cotolengo de aquella ciudad, pero 72 horas más tarde fue identificada y retirada por familiares. Su marido Néstor Alejandro Bossi fue secuestrado en las calles de Bahía Blanca, ambos fueron trasladados con vida al Centro Clandestino de Detención “La Escuelita”, luego los trasladaron a la Brigada de Investigaciones de La Plata (Robos y Hurtos) antes de su asesinato. Su caso fue incluido en causa judicial en la que se investigaron, probaron y condenaron Delitos de Lesa Humanidad, sentencia dictada por el tribunal oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca en causa nº 982 (Bayón) septiembre de 2012, sentencia dictada por el tribunal oral en lo criminal federal nº 1 de La Plata en causa nº 2955/09 (Circuito Camps) diciembre 2012; sentencia dictada por el tribunal oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca en causa nº 1067 (Stricker) diciembre de 2013, sentencia dictada por el tribunal oral en lo criminal federal de Bahía Blanca en fbb 93000001/2012/to1 y acumulado (fbb 15000005/2007/to3) octubre de 2017 (cuerpo de ejército v). El 30 de agosto de 2011 sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y entregados a su hija María Susana Traverso, quien expresó: “No hay palabras para explicar lo que significa recuperar los restos de un ser querido”.