Se llamaba Salvador Abelardo De Laturi. Tenía 32 años cuando fue secuestrado y asesinado por una patota de la CNU (Concentración Nacional Universitaria). Nació el 16 de mayo de 1943, en General Pico, La Pampa. . Desde muy joven, en su ciudad natal, comenzó a militar en un Barrio llamado “El Molino”, que según contó su hijo era uno de los más “marginados” de Pico, de gente, la mayoría eran obreros, muchos ferroviarios y otros que trabajaban en un viejo molino “Fénix”, donde se formó la primera comisión de obreros de la ciudad. Allí militaban muchos comunistas, con quienes se formó Salvador, cuando tenía 17 o 18 años. Además de dedicar su tiempo a la militancia, corría en bicicleta, trabajaba en la empresa Chevrolet y estudiaba técnico mecánico de diésel. Por su militancia en el Partido, fue uno de los jóvenes elegidos para viajar a estudiar a Alemania y a Cuba, entre 1968 y 1969. Ya viviendo en Ensenada trabajaba en Propulsora Siderúrgica, en la sección de decapado. Integró el secretariado del PC (Partido Comunista) para la regional Berisso y Ensenada. Fue miembro de la Comision Interna de Propulsora, y formó parte de la lista opositora a la dirigencia de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica). Más adelante, se incorporó al PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). El 13 de enero de 1976, fue secuestrado de su casa en San Martin y Brasil, Ensenada. El Pampa tenía un hijo pequeño y su compañera se encontraba embaraza de su segunda hija, a quien no llegó a conocer. Esa misma noche fue secuestrado otro trabajador de Propulsora, Juan Carlos Scafide. Ambos fueron asesinados y hallados al día siguiente, con sus cuerpos dinamitados, debajo de un puente en la localidad de Ignacio Correa, La Plata. A nivel regional, otros gremios y comisiones internas que formaban parte de la “Coordinadora de Gremios y Comisiones Internas en Lucha de La Plata, Berisso y Ensenada» como los de las empresas Kaiser Aluminio, INDECO, OFA, Batisti, SIAP, los obreros de la obra en construcción de Petroquímica Mosconi, Propulsora y ARS, convocaron a un paro regional en repudio de los secuestros. Miles de trabajadores y trabajadoras asistieron al entierro que terminó con represión y detenciones. Su caso fue mencionado en el Juicio conocido como CNU en el que fue Carlos Ernesto Castillo. Su caso espera justicia.