Su nombre era Miguel Ángel Siddi. Le decían “Lalo”. El 2 de abril de 1948 había nacido en la ciudad de Mar del Plata, donde trabajaba en la empresa Obras Sanitarias de la Nación y militaba en la Juventud Peronista y en Montoneros.
En 1975 fue detenido mientras pegaba carteles del Partido Peronista Auténtico, en contra del Gobierno de Isabel Martínez de Perón. En aquella ocasión el comisario de la Seccional 3ª a cargo de su detención, vecino de su familia, le aconsejó a su madre que convenciera al hijo de irse del país, porque había sido fichado por los Servicios de Inteligencia del Estado. Lalo se negó contundentemente a abandonar su puesto de lucha para exiliarse y a partir de entonces se sucedieron con frecuencia amenazas, y operativos en torno a su familia. Entre abril y mayo de 1977 sus padres sufrieron una serie de allanamientos, lo cual motivó a Miguel Ángel a establecerse en La Plata para protegerlos. En esa ciudad continuó militando, además de estudiar y trabajar como albañil.
La última vez que habló con su familia fue el 24 de septiembre de 1977. En aquella ocasión quedó en viajar a Mar del Plata para el día de la madre, pero no pudieron volver a localizarlo después de ese día. Se sabe que fue secuestrado a principios de octubre de ese mismo año en la vía pública. Apenas dos meses más tarde, el 8 de diciembre, fue ejecutado junto con otras cinco personas en la intersección de Porvenir y Constantinopla en Berisso. Para justificar sus ejecuciones, las fuerzas armadas fraguaron un falso enfrentamiento donde se decía que habían sido “abatidos”. En aquel momento tenía 29 años. En agosto de 2010 su cuerpo fue recuperado e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense y enterrado en el Cementerio de La Plata. Su caso aún espera justicia.